Desde épocas remotas la Intuición ha sido uno de los recursos más importantes para sobrevivir. Aquellos pueblos ancestrales y aun hoy día que estaban en un estrecho contacto con la naturaleza aún conservan todo este potencial.Para la persona de hoy día que se desenvuelve en ambientes complejos, donde impera la saturación de estímulos, se le hace difícil escuchar, percibir o sentir con claridad su intuición, nos hemos acostumbrados a utilizar el racionamiento lógico desdeñándola.
La intuición y la razón son dos fuerzas en constante movimiento dos polos completamente opuestos, que sin embargo son complemento una de la otra, porque en su reconciliación y equilibrio existe la posibilidad de vivenciar algo que esta mas allá. Cuando existen en equilibrio así como en el Yin y el Yang, se experimenta la plenitud. Y somos concientes a una realidad diferente.
Quiero colocar aquí un extracto del I Ching, el libro oracular que se desprende de la observación de las fluctuaciones energéticas del Yin y Yang y del pleno contacto con la naturaleza, esto nos puede dar un elemento más de comprensión acerca de esta potencialidad:
“El hombre recibió del cielo una naturaleza intrínsecamente buena, para guiarlo en sus movimientos. Si dentro de sí lleva la devoción a ese espíritu divino, llega a una inocencia excepcional que lo guía con instintiva seguridad sin propósitos ulteriores acerca de ventajas personales. Esto le acarrea el mejor de los éxitos. Sólo es realmente instintivo lo que está de acuerdo con la voluntad divina, estas cualidades de justicia, no reflexión, intuición son indispensables para evitar la desgracia”.
En Psicología y las ciencias cognitivas, se le llama intuición al conocimiento que no sigue un camino racional para su construcción y formulación, y por lo tanto no puede explicarse o, incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar ese conocimiento o información con experiencias previas, pero por lo general es incapaz de explicar por qué llega a una determinada conclusión. Las intuiciones suelen presentarse más frecuentemente como reacciones emotivas repentinas a determinados sucesos o sensaciones que como pensamientos abstractos elaborados.
Según investigaciones, la intuición es la capacidad de integrar y utilizar la información en el cerebro, que nos permite el acceso a la reserva interna de pericia y experiencia acumulada durante años logrando la obtención de una respuesta, o de un impulso para hacer algo, o de una alternativa elegida entre varias, todo ello sin ser consciente de cómo se obtiene.
Muchas veces intuimos, esto sin saber cómo lo hacemos. Es algo que nos guía por un camino y no por otro, a veces se presenta con mucha fuerza a veces con sutileza, es como una luz en nuestro camino que nos impulsa sin una explicación y a veces sin tomar conciencia de ello, es una excitación que nos acerca o nos aleja de algo. La intuición sin darnos ninguna explicación, nos invita a hacer algo. 
La intuición está íntimamente ligada a la creatividad porque es una forma de conocimiento que nos da la posibilidad de salirnos de lo cotidiano de lo lineal y resolver cualquier situación tomando herramientas que no aparecen a simple vista.
Por lo general, la naturaleza intuitiva es atribuida a las mujeres. Se habla de “intuición femenina” esto se debe culturalmente a que es aceptado que la mujer esté en contacto con sus emociones, a diferencia del hombre que culturalmente se le ha educado a mostrarse racional en la mayoría de las situaciones. Esto también tiene que ver con el equilibrio del yin y del yang en cada persona. La mujer es yin el hombre yang, la mujer intuitiva el hombre racional, todos llevamos internamente ambas polaridades, es decir la mujer puede desarrollar su parte yang –lo racional- y el hombre puede desarrollar su parte ying – lo intuitivo-, es en la armonía de estas fuerzas que el ser humano puede desarrollar todas sus potencialidades.
Te invitamos a nuestro TALLER que realizaremos en VALENCIA el domingo 15 de noviembre y en CARACAS el domingo 22 de noviembre, aprenderemos a:
Relajar la mente y centrarnos, a ampliar y sensibilizar la capacidad de los sentidos, a percibir las señales físicas, emocionales, mentales y espirituales propias de la intuición.
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