domingo, 31 de enero de 2010

CRISIS EN LA PAREJA

En nuestra cultura occidental la mayoría de las personas se casan o inician una relación de pareja por amor. Yo particularmente creo en el amor, incluyendo en el amor sexual, amor sexual que solamente se da cuando existe una profunda entrega. A veces los hombres no nos entregamos por completo por miedo de poner al descubierto nuestra vulnerabilidad, de entregarnos al amor Swami Anad Geho dice:





“Si amas a tu pareja actual, te empezaran a cambiar los ojos con lo que la ves: descubrirás que es divina, una diosa. Pero todo esto depende de ti. Mírala ahora a los ojos con todo tu corazón y veras el amor reflejado mil veces.”



Pero el amor no impide la crisis, sin embargo puede convertirse en el principal apoyo para conseguir salir del atolladero, el amor puede convertirse en el elemento que ayude a conseguir la solución.
Hay muchas causas por las cuales aparecen las crisis en la pareja en este primer artículo me voy a enfocar en el resentimiento como causa de crisis en la pareja:
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Resentimiento






















Definición de resentimiento

Es una palabra compuesta de dos palabras: re-sentir, volver a sentir. En el Nuevo Testamento “el resentimiento o amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo fuerte y pesado. Así podríamos decir que el resentimiento es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón. El salmista lo describe muy bien cuando dice: “Se llenó del resentimiento mi alma y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; ¡era como una bestia delante de ti!”.

Desde el punto de vista de la Psicoterapia Gestalt Los resentimientos, señala Perls, (1969), son probablemente las peores situaciones inacabadas, si se está resentido, no se puede soltar ni seguir adelante, es la expresión más importante de un impasse.
Según el Drae son sinónimos de resentimiento: animadversión - antipatía - encono - envidia - hiel - malevolencia - mosqueo - pique - quemazón - rabia - rencor.

Dinamica del Resentimiento
Los resentimientos nacen de situaciones inconclusas, de expectativas no cumplidas. Cuando creemos justo y lógico que el otro se comporte de cierta forma en algo que tiene un significado especial para nosotros, entonces cuando esto no sucede así, nos sentimos injustamente pagados, o traicionados, nos quedamos esperando cierta conducta.


Cuando esto se da en la pareja, quien siente el resentimiento desea vengarse. Quiere que el mismo dolor que está sintiendo, lo padezca el otro y, por lo tanto, lo primero que hace es retirarle lo más importante que está dando: su amor, su afecto, o su interés, el mensaje que quiere transmitir es que el otro se de cuenta de que está herido y esto le duela.


Cuando el resentimiento se presenta en la pareja, esta va saboteando poco a poco su relación porque, a partir de su herida, aplica una forma rígida, intransigente y a en muchos casos injusta para juzgar lo que la otra persona hace, hizo o deja de hacer. El resentimiento cambia la manera en que se relacionan, la pareja comienza a ser menos benévola con el otro; cosas que antes no le molestaban ahora las encuentra profundamente insoportables y, aún más, lo que todavía marcha bien entre los dos, comienza a parecerle falso o sin sentido.


Esto lo aplica no sólo a vivencias y situaciones en el presente también lo lleva al futuro surgiendo expectativas catastróficas debido a su análisis del pasado, y es allí, en el pasado donde encuentra muchos motivos de queja de los que “no se había dado cuenta antes”.


Este es el momento en que se pregunta: “¿Por qué fui tan ciego o ciega ante todo esto?, ¿cómo fue que deje que esto sucediera y no reaccioné? Lo que pasa es que ahora está mirando las cosas con otros “ojos”. Ya no tiene la flexibilidad, la comprensión y la buena voluntad que tenía en aquel momento hacia la pareja. Ahora, debido a su herida, la pareja se ha convertido en “un enemigo” rigidizando el contacto teñido de los fantasmas del pasado y ya no está dispuesto a disculpar nada.


La pareja que guarda un resentimiento pierde mucho más que aquél hacia el cual el resentimiento va dirigido. Además del tiempo que le dedica a cultivar su odio contra el otro, invierte su creatividad para planear mentalmente cómo contestarle para que “le duela”, cómo hacerle saber que… “cómo mortificarlo, cómo cobrarle lo que me hizo…” y le pone una gran pasión a su venganza o a “sacarse esa espina” y, como si fuera poco, le dedica su persistencia y son capaces de tener vivo un resentimiento por muchos años.


No sólo a usted y a la pareja le afecta su resentimiento, a las personas más queridas y cercanas, también les afecta. Ellas son las que en última instancia, muchas sin tener nada que ver con este asunto, pagan su mal genio, sus generalizaciones, su negativismo y su amargura. Usted daña sus ratos íntimos con el recuerdo del otro y su gente más allegada sufre por usted o se apasionan en contra del otro.


Imagínese todos los dolores que se habría evitado y toda la energía que habría tenido libre para utilizarla en mejorar su vida. El resentimiento es como una bola de nieve: mientras más energía le dediquemos, más va creciendo y más áreas de nuestra vida va comprometiendo.


El resentimiento contiene una perversa dinámica de dolor que mantenemos con la esperanza de que la otra persona venga a disculparse, a reconocer su error. La otra persona tiene sus propios argumentos y razones o justificaciones para haber obrado como lo hizo y nuestro resentimiento no va a cambiarlos. Si esa manera de obrar, que nos dolió tanto, es verdaderamente un error del otro, una equivocación, si la otra persona ha reflexionado y tomado conciencia de su conducta, se ha dado cuenta, él mismo estará sufriendo las consecuencias viviendo posiblemente un tormento de culpabilidad, aun cuando lo demuestre, o no.


En la próxima entrega trataremos “Que hacer para sanar un resentimiento”

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